El próximo domingo, cerca de 300 palistas pertenecientes a casi una treintena de equipos participarán en la edición número 46 del Descenso Ibérico del Duero. La salida, como en ocasiones anteriores, estará situada en Fresno de la Ribera. Los deportistas entrarán en el río a las once de la mañana y está previsto que lleguen a la capital, al Puente de Piedra, donde tradicionalmente está situada la llegada, a partir de las doce y veinte de la mañana.

Este año, la principal novedad de la prueba es que se retrasa un poco la salida con respecto a otros años para que los palistas lleguen un poco más tarde a la capital, después de cubrir los 20 kilómetros del recorrido, y se favorezca así la presencia de público en la zona.

Otra novedad de esta 46 edición es el establecimiento de premios en metálico para las categorías absolutas, los ganadores tanto en categoría masculina como femenina podrán ganar premios que oscilarán entre los 200 y los 100 euros.

Los palistas tendrán que hacer un porteo en Villalazán, este voluntario, y otro obligatorio con carrera de 200 metros en Villaralbo. Este año, el Duero lleva poca agua, así que está garantizada la seguridad de los competidores, sobre todo en la última zuda, la situada en la zona de entre puentes, donde otros años los competidores tuvieron problemas para afrontarla por el exceso de corriente.

Desde la organización de la prueba se ha hecho hoy un llamamiento a las instituciones para que el año próximo esta prueba sea también campeonato nacional de ríos y travesías. De esta forma, se garantizaría su continuidad y la presencia de más palistas. Este año, el Descenso se ha visto perjudicado por la presencia en el mes de junio de pruebas más atractivas para los equipos, lo que ha restado participación.

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