sentencia que reconoce la incapacidad permanente a una mujer víctima de una agresión sexual por las secuelas permanentes que sufre.

La mujer, según recoge la sentencia del TSJ, fue víctima de un secuestro y una agresión sexual en el año 1997, y desde entonces sufre “estrés postraumático crónico” que ha necesitado de 20 años de tratamiento psicológico.

La víctima reclamó la incapacidad laboral permanente, que no le fue reconocida en un primer momento por la Seguridad Social, algo que sí hizo el juzgado de lo Social de Zamora y que ahora ha sido refrendado de forma definitiva por el TSJ.

La sentencia rechaza el recurso de la Seguridad Social y confirma las secuelas psicológicas sufridas por la mujer y su incapacidad por tanto para desarrollar una vida laboral normal.

Dice el TSJ que la mujer sufre un “calvario psíquico” que se acrecentó cuando supo que el agresor iba a ser puesto en libertad tras cumplir condena, lo que se tradujo en una “ansiedad generalizada, hipervigilancia, evitación, escape y sintomatología vegetativa”.

Su estado psicológico, confirma el Tribunal, le impide “llevar a cabo cualquier actividad laboral de forma eficiente y conforme a los mínimos requerimientos imprescindibles en cualquier profesión.

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