Túnicas de raso verde y blanco y mujeres de luto profundo han desfilado por el casco histórico para protagonizar una procesión que han seguido miles de personas.

Tocadas con su peineta, portando sus velas con tulipa, las mujeres han acompañado a la Virgen de la Esperanza desde Cabañales hasta la Catedral, donde hermanos y hermanas de la cofradía han entonado la Salve.

El momento culminante de la procesión ha sido, un año más, la subida de la calle Balborraz, un lugar donde el público se ha congregado de forma masiva para disfrutar de un tramo especialmente vistoso por el esfuerzo que supone para los cargadores superar el desnivel de la calle.

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