El fin de semana pasado se celebró en la provincia de Zamora el III Encuentro de la Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial, en el que se declaró junio ‘Mes de la Resistencia a la Ganadería Industrial’. El objetivo es sensibilizar a la población, también urbana, sobre la necesidad de un cambio profundo en el modelo actual de producción y consumo para que cada vez se eleven más voces que lo exijan ante las administraciones.

La coordinadora estatal está formada por movimientos vecinales de Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Galicia y Murcia, junto con las principales organizaciones ecologistas españolas (Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace), la organización de defensa de los derechos de los animales más antigua de España (ADDA), organizaciones preocupadas por la salud de los consumidores como Justicia Alimentaria y dos organizaciones internacionales como CIWF (la única organización dedicada en exclusiva a poner fin a la ganadería industrial) y Food & Water Europe (organización con sede en Bruselas dedicada a garantizar el acceso al agua limpia para toda la población, entre otros objetivos).

Denuncian desde la coordinadora que el sistema actual de producción de carne, lácteos y huevos “pone en jaque al planeta” y que la “ganadería industrial es una de las principales causas de los problemas ambientales más acuciantes como la degradación de ecosistemas o la crisis climática”. Por este motivo, en el Día del Medioambiente, los movimientos vecinales y las organizaciones que les apoyan destacan la necesidad de cambiar el modelo de producción y consumo.

En el caso del Estado español, la proliferación de la ganadería industrial ya ha provocado el cierre de miles de explotaciones familiares y de pequeña escala, vaciando los pueblos y territorios rurales. Entre 1999 y 2013 desaparecieron 128000 granjas familiares, el 71 % del total (4). Resulta especialmente preocupante el aumento descontrolado de la cabaña porcina. En 10 comarcas catalanas hay 614 cerdos por km2, una densidad media que no se encuentra en ningún otro lugar del planeta (en Alemania son 76 y en Francia, 26). Esta situación conlleva una creciente contaminación del agua por nitratos debido a los purines. En Aragón, un 20 % de la población está expuesta ya a aguas contaminadas y en toda España existen centenares de municipios sin agua potable.

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