Las carreteras convencionales son el principal objetivo de la campaña de vigilancia y control que se llevará a cabo por la Dirección General de Tráfico entre los días 5 y 11 de noviembre de 2018.

Como en ocasiones anteriores, tanto los paneles de señalización variable de los Centros de Gestión del Tráfico, como las pantallas alfanuméricas de los vehículos de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, advertirán a los conductores de la existencia de controles en las proximidades.

En la provincia de Zamora en el año 2017 el 80% de los fallecidos se produjo en carreteras convencionales, 18 personas, mientras que en el año 2018, hasta la fecha, el 70% de los fallecidos se han producido en este tipo de vía, 11 personas.

En cuanto al lugar donde se han producido los accidentes y su gravedad, a 31 de octubre de 2017, se habían producido en carreteras de la provincia de Zamora 149 accidentes con 45 Heridos graves y 171 heridos leves. En el mismo periodo del año 2018 se han producido 131 accidentes, (-13%), con 31 heridos graves, (-30%) y 161 heridos leves, (- 6%).

Las carreteras convencionales acumulan una parte importante de las víctimas en accidentes de tráfico, debido a sus características constitutivas —ausencia de separación de sentidos, cruces a nivel—, y a las condiciones de muchos de los desplazamientos que se realizan en ellas especial importancia de los desplazamientos de corto recorrido y en fin de semana.

En 2017, 1.013 personas fallecieron en carreteras convencionales, lo que supone un 55% del total de personas fallecidas en accidentes de tráfico (1.830), y un 77% de las personas fallecidas en vías interurbanas (1.321).

Se trata por tanto de carreteras que presentan una alta siniestralidad mortal, a pesar de que su densidad de tráfico no es demasiado elevada. Por ello, poner en marcha medidas de bajo coste y alta efectividad para reducir su riesgo es una prioridad.

Una de las medidas a llevar a cabo es incrementar la vigilancia y el control en carreteras convencionales, con objeto de disuadir a los infractores de las normas de tráfico, consiguiendo así unos comportamientos más seguros en este tipo de vías.

En esta campaña de noviembre de 2018, los agentes de la ATGC controlarán la velocidad, los adelantamientos indebidos, la ingesta de alcohol o drogas, el uso del casco y sistemas de retención, la utilización del teléfono móvil y de auriculares durante la conducción, la manipulación de navegadores o de cualquier otro elemento que pueda producir distracción, la documentación del vehículo y del conductor y, en general, cualquier  infracción de la normativa vigente en materia de circulación y seguridad vial.

Los 165.483 km de vías interurbanas titularidad del Estado, Comunidades Autónomas, Diputaciones Provinciales y Cabildos, correspondientes al año 2016 —último disponible en el momento de realizar este informe—, están recogidos y clasificados en los anuarios estadísticos del Ministerio de Fomento, mientras que del resto de kilómetros del viario, de titularidad fundamentalmente municipal, no se recoge con precisión ni su extensión ni sus características.

De esos 165.483 km de vías interurbanas mencionados en el párrafo anterior, el 9% eran autopistas y autovías (15.443 km) y el 91% corresponden a carreteras convencionales (150.040 km). En cuanto al volumen de tráfico según tipo de vía, el 55% se realiza en autopista y autovía y el 45% en carreteras convencionales.

La Red de Carreteras del Estado tenía 26.395 km en 2016, de los cuales el 43% eran autopistas y autovías. Por el contrario, en el conjunto de las redes autonómicas y provinciales (139.088 km), las autopistas y autovías representan únicamente el 3% de su total.

En la provincia de Zamora nos encontramos con 3.505 km de carreteras convencionales, de los cuáles 773 km pertenecen a la red estatal,         (autovías, carreteras de doble calzada y carreteras de una sola calzada), 1.140 km. pertenecen a la CC.AA de Castilla y León y 1.592 km se encuentran gestionados por la Diputación Provincial.

En España, la velocidad genérica máxima  (para turismos y motocicletas) en carreteras convencionales, siempre que tengan un arcén pavimentado de 1,50 metros o más de anchura, o más de un carril para alguno de los sentidos de circulación es de  100 kilómetros por hora.

Si se tiene en cuenta el tráfico realizado, las carreteras convencionales presentan un riesgo de fallecimiento en accidente de tráfico 3,6 veces superior al de las autopistas y autovías.

La gravedad media de los accidentes ocurridos en carreteras convencionales ha aumentado durante los últimos años. En particular, el índice de letalidad (porcentaje de víctimas en accidentes que fallecen) ha aumentado un 13% entre 2013 y 2017. Este aumento ha sido de un 30% en las colisiones frontales y un 35% en las salidas de vía.

Los ocupantes de turismos suponen un 56% de los fallecidos en estas vías y los usuarios de motocicleta un 19%. Siguen en importancia los ocupantes de furgonetas (6%), los peatones (5%) y los ciclistas (5%).

Los fallecidos en accidentes en los que se produjo una salida de la vía sin implicación de otro vehículo o peatón representan la mayoría de los casos, 367 fallecidos, indicando los agentes encargados de la investigación del accidente que la velocidad estuvo presente en el 51% de los fallecimientos, el alcohol y/o las drogas ilegales en el 47% y la distracción en el 34%.

Aunque en los últimos diez años, el número de fallecidos en accidentes en carreteras convencionales se ha reducido un 49%, pasando de 1.979 en 2008 a 1.013 en 2017, si analizamos los últimos 5 años se observa un incremento del 5% respecto de 2016 y del 8% respecto de 2013.

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