Alrededor de 2.000 hermanos de ‘Jesús en su Tercera Caída’ han desfilado desde la Iglesia de San Lázaro esta tarde-noche de Lunes Santo. Vestidos con túnica y caperuz de raso negro con capa blanca han acompañado a los tres pasos procesionales: La Despedida, Jesús Caído y la Virgen de la Amargura.

‘La Despedida’, tallada por Enrique Aniano Pérez Comendador, muestra el momento en el que María se despide de su hijo antes de que emprenda el camino hacia el calvario. Le sigue, ‘Jesús en su Tercera Caída’, obra de Quintín de la Torre, que plasma como Jesús, caído, sostiene con el brazo derecho la cruz mientras mira al cielo. Y por último, la ‘Virgen de la Amargura’, pieza de Ramón Abrantes Blanco, representando a María con la mirada dirigida hacia lo alto y la mano derecha alzada.

Característica la presencia al inicio de la procesión de cruces de distintos estilos, destacando la Cruz de Yugos y una gran Corona de Espinas realizada con rejas de arados, todas obra del escultor zamorano José Luis Coomonte.

La procesión ha tenido su momento álgido en el palpitante homenaje a los hermanos fallecidos en la Plaza Mayor de Zamora, cuando los grupos escultóricos avanzan por el centro de la misma mientras los hermanos cobijan las imágenes alrededor de la plaza y suenan las estrofas de ‘La muerte no es el final’:

Cuando la pena nos alcanza

por un hermano perdido

cuando el adiós dolorido

busca en la Fe su esperanza.

En Tu palabra confiamos

con la certeza que Tú

ya le has devuelto a la vida,

ya le has llevado a la luz.

Ya le has devuelto a la vida,

ya le has llevado a la luz

Una armonía perfecta de todos los componentes visuales, narrativos y artísticos que dotan a la procesión de una belleza especial.

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