La Junta de Castilla y León, a través del Servicio Territorial de Sanidad en Zamora, está llevando a cabo la campaña de control sobre las matanzas domiciliarias de cerdos en la provincia, que comenzó el 26 de octubre y finalizará el 7 de abril de 2019. El fin de semana del puente de la Constitución y el periodo navideño son las fechas en las que se intensifican las matanzas de cerdos en los domicilios particulares de los pueblos. La pasada campaña se alcanzó la cifra de 1.843 cerdos sacrificados, lo que supone una disminución de casi el 9% respecto a la campaña 2016/2017.

La normativa vigente regula el reconocimiento sanitario de cerdos sacrificados en domicilios particulares para autoconsumo y establece un sistema de identificación en el control sanitario en origen de los animales silvestres que, abatidos en actividades cinegéticas, se comercialicen para consumo humano. Con esta medida se pretende garantizar, fundamentalmente, un adecuado análisis micrográfico para evitar la aparición de casos clínicos de triquinelosis humana.

Las tareas de control sanitario derivadas de estas matanzas son realizadas por veterinarios oficiales de la Junta de Castilla y León y, además, se faculta la participación voluntaria de veterinarios colaboradores, previa solicitud al Jefe del Servicio Territorial de Sanidad. En este sentido, en la campaña actual participan 25 veterinarios colaboradores.

Durante la pasada campaña 2017/2018, se reconocieron un total de 1.843 cerdos sacrificados en domicilios particulares, 48 por servicios veterinarios oficiales y 1.795 por los profesionales colaboradores que han prestado sus servicios. Esto supone una disminución de 413 animales respecto a la campaña 2016/2017, en la que se analizaron 2.256 animales, 53 por servicios veterinarios oficiales y 2.203 por los veterinarios colaboradores.

Las tradicionales matanzas tienden a la baja y, desde la campaña 1999/2000, el número de análisis realizados ha disminuido más de un 85%. Este descenso generalizado se debe fundamentalmente al cambio de los hábitos alimenticios de la población.

Se recuerda a la sociedad que la carne obtenida y sus correspondientes derivados solamente pueden destinarse al consumo familiar, estando prohibida su comercialización.

Respecto a los animales abatidos en cacerías, en la última campaña 2017/2018 se analizaron 792 jabalíes, 517 ciervos y 13 corzos, mientras que en la anterior, 2016/2017, 169 jabalíes y 7 ciervos. Estas presas, que también son objeto de control, son sometidas a examen para detectar posibles anomalías y verificar que la muerte no se debe a motivos distintos de la caza. Asimismo, son identificadas con un precinto antes de su traslado a un establecimiento de manipulación de caza silvestre para su posterior venta, ya que su comercialización está autorizada y, por ello, tienen una inspección específica.

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