Las familias de acogida de los niños saharauis les han dado la bienvenida hoy en la Diputación de Zamora. Esta será una nueva y enriquecedora experiencia para la mayoría de ellos –entre los niños sólo se contaban dos “veteranas”- y también para las familias, que les esperaban ilusionadas.

En total, han llegado cuarenta y cinco niños, que estarán dos meses con sus familias de acogida. Han llegado cansados, pues desde sus casas han ido en camión o autobús al aeropuerto de Tindouf, después han volado hasta Valladolid y desde allí han viajado a Zamora. En las mochilas, portaban los números de sus respectivas casas, donde esperan impacientes una llamada para saber que están bien.

Mari Marcos, una zamorana que lleva desde el 2003 haciéndose cargo diferentes niños saharauis, nos cuenta que lo que más ilusión les suele hacer es la piscina, y que ellos lo que realmente quieren hacer es jugar con otros niños. Dice también que a ella le hace una gran ilusión, pues los chicos les aportan más a las familias que viceversa.

Por su parte, Laura López, de Sayago, nos dice que es la primera vez que acoge a un niño del Sáhara, y que quiere darle la oportunidad de experimentar otras formas de vivir. También relaciona la acogida con la salud y la ética, pues “son niños que están en mitad del desierto desplazados por un tema que en su momento fue una cuestión de la política española”.

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