Los zamoranos han acompañado a la Virgen de la Concha en el acto religioso celebrado a las ocho de la mañana en la iglesia de San Antolín, desde donde ha partido en su peregrinaje, hacia la localidad de La Hiniesta.

Desde primera hora de la mañana los romeros han acompañado la imagen de la Virgen. El camino ha estado en todo momento acompañado por la música y también por representantes de diversas instituciones políticas y religiosas que han participado en una de las tradiciones más queridas de la provincia, también la más antigua, ya que este año cumple 729 años, y la una de las más multitudinarias, porque cada año consigue arrastrar a cerca de 10.000 personas, según estiman fuentes de la Cofradía de la Virgen de la Concha.

Como es habitual, a la entrada de la localidad de La Hiniesta, los representantes institucioanles del Ayuntamiento de Zamora y del Ayuntamiento de La Hiniesta han realizado han asistido al saludo de pendones y han llevado a cabo el intercambio de los bastones de mando, un acto que forma también parte de la tradición.

Después, la procesión ha continuado su camino hasta Iglesia de La Hiniesta donde se ha celebrado la misa.

Desde media mañana, la localidad de La Hiniesta es un hervidero de zamoranos, unos por devoción, otros por tradición, por costumbre o por arraigo familiar. Lo cierto es que la del Lunes de Pentecostés es una de las citas romeras más seguidas de la provincia de Zamora.

En torno a las dos y media de la tarde se celebra la comida de hermandad. Hay tiempo para el descanso y la diversión, porque a las cinco y media de la tarde está previsto el regreso. La costumbre manda que se haga una parada en la ermita del Cristo de Valderrey, donde los mayordomos de este año ofrecen un vino y pastas,  para llegar hasta la ermita de los Remedios, en torno a las diez de la noche, donde es habitual que se incorporen a la procesión los concejales de la capital y los responsables de la Junta pro Semana Santa.

La romería de la Hiniesta ha recuperado este año el recorrido tradicional, pasando por el bosque de Valorio, una vez concluidas las obras del AVE en esa zona, lo que ha permitido abrir el paso bajo el nuevo puente sobre la carretera de Valderrey.

Los romeros se han visto favorecido por una jornada tranquila, desde el punto de vista meteorológico, con temperaturas suaves, viento agradable y ausencia de riesgo de precipitaciones. “Es un día romero de libro”, decía a primera hora de la mañana uno de los participantes.

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