La racha adversa del MMT en su vuelta a la liga Asobal llegó a su fin en la novena singladura. Los jugadores pistachos completaron un auténtico PARTIDAZO, así, con mayúsculas, y dejando completamente atrás su ansiedad y su imperiosa necesidad de triunfos, supieron jugar como debían a lo largo de casi todo el partido, hasta ser netamente mejores que sus rivales (cosa que reconocería su propio técnico). Fue un duelo donde los ataques estuvieron mejor que las defensas, si bien el ritmo alto al que se jugó durante todo el choque dio para que la velocidad imprimida, la llegada de primeras oleadas efectivas, diesen para múltiples acciones en ambas porterías.

La previa del partido auguraba toda una finalísima para el cuadro zamorano; si no se ganaba la distancia con la teórica tabla de salvación de la categoría empezaba a verse lejos. Podía pesar la presión, la necesidad, los nervios…quizás por ello, o por superstición, el MMT cambió una de sus habituales costumbres antes de los partidos: cambió su situación del banquillo de la izquierda (mirando desde preferencia), así como el lateral del túnel de la salida desde vestuarios…y lo hizo ambos desde el lado derecho. No sé si eso cambió algún tipo de chip ó realmente qué, el caso es que el choque se inició de una forma trepidante y a gran ritmo de juego.

Las ventajas iniciales fueron de los visitantes, con sucesivos empates locales; rebasado el minuto 5´, Cangas se colocó 3-5 a su favor, tras una pérdida zamorana en defensa; pero la tarde no era la misma de otras y en pocos segundos el chileno Sebas Ceballos (gran partido el suyo, con 8 tantos al final), volvió a poner el empate, a 5 goles. Después del 6-6, con un mayor acierto en ataque de los zamoranos, tal y como aventuraba su entrenador el pasado jueves, las ventajas del MMT llegaron hasta los 4 goles (14-10, en el minuto 20´). Cangas cambió su defensa tras un tiempo muerto, colocó una mixta sobre Octavio, y el cuadro de casa pareció atascarse. A minuto y medio del descanso se llegó a un 15-15, lo que parecía despertar viejos fantasmas. Un gol casi sobre la bocina del brasileño Anderson, que parecía estar engrasando su cañón para un segundo tiempo sublime, colocó el 16-15 de parcial…y ese empate ya iba a ser el último que se iba a ver durante el resto del encuentro.

Las dudas que podían albergarse en el intermedio sobre los segundos 30´ minutos y el rendimiento que podía ofrecer el MMT a tenor de lo ajustado del tanteador quedaron disipadas muy pronto tras la reanudación. Cangas continuó insistiendo con la mixta sobre Octavio pero los zamoranos supieron reaccionar a la perfección; incluso hubo una fase de un minuto, aproximadamente, en que se consiguieron anotar tres goles. A los 6´ de haber vuelto al partido ya estaban de nuevo los 4 goles de ventaja, y esa iba a ser la tónica casi general del resto del choque…porque los gallegos lo máximo que consiguieron fue acercarse a 2 y con posesión en ataque para dejarlo en mínimos; pero ni aún así.

El MMT siguió fajándose como los grandes, con constancia, coraje y un espíritu de lucha irreductible, y pese a las andanadas rivales supo mantener el tipo. En ese segundo acto destacaron sobremanera dos hombres, dos sudamericanos: el brasileño Anderson, cariñosamente apodado “Rastas”, que por fin explotó sus cualidades desde que llegó a Zamora, y el chileno Sebas Ceballos, que se infló a correr el contraataque; ambos anotarían 5 goles cada uno en ese período para un total, respectivamente, de 7 y 8, siendo los máximos goleadores del partido.

Pero el trabajo de todo el colectivo resultó descomunal. Todos los jugadores aportaron el máximo y el ataque, que en otros encuentros había sido más flojo, esta vez tuvo mucho mayor acierto. A 10´ minutos del final el rival se colocó a 2 tantos de distancia…pero ni por esas le temblaron las piernas a los pistachos, sabiendo gestionar perfectamente el tiempo que restaba. Llegaron a tener una máxima renta de 6 goles, 33-27, poco antes del pitido final. Y tampoco el bajón, físico y mental, de otros días llegó esta vez, entre otras cosas porque todos los jugadores contribuyeron en alguna medida a este deseado, merecido, trabajado y épico triunfo. Al final afición y equipo explotaron y dieron rienda suelta a su rabia porque por fin algo les salía bien, y el MMT parece haberse quitado una losa, una pesada losa, de encima. Como decía el leonés Octavio a la conclusión “ya llueve menos”. La teórica salvación ahora mismo está a sólo 1 punto. Solo que la próxima semana les espera el recordado Leo Maciel…..a ver qué pasa¡¡¡

FICHA TECNICA:

MMT-ZAMORA  :   33 goles ( 16 + 17 ). Equipo de salida: Carlos Calle; Ceballos (8), Marc Abalos (3), Fernando (-), Ander Iriarte (-), Jortos (4, 1 de penalti) y Fafa Cangiani (3). Igualmente actuaron el meta Luis Posado (que cumplía 22 años este día), junto a Anderson da Silva (7), Peli (-), Octavio (5, 1 de penalti), Raúl Maide (-), Iñaki (-), Mouriño (2), Jaime (-) y Adrián Prieto (1). Fueron excluidos durante 2´ minutos Peli y Marc Abalos, éste dos veces. 

CANGAS MORRAZO  :   28 goles ( 15 + 13 ). Jugaron de inicio: Salazar; Vujovic (-), Cerqueira (3), Menduiña (4, 3 de penalti), Muratovic (5), Simic (-) y Nicola Potic (7). También salieron el portero Hermanes Silva, junto a Moi Simes (3), Pousada (-), Rubén Soliño (1), Suso Soliño (2), Maxi Cancio (1), Chapela (2) y Pablo Castro (-). Excluidos durante 2´ minutos a Cerqueira y, dos veces, a Pousada, todos ellos en el segundo tiempo.      

ARBITROS  :   La pareja integrada por el madrileño Monjó y el valenciano Soria estuvo bastante bien en líneas generales. Permitieron bastante los contactos por parte y parte, y en esa línea alternaron errores y aciertos. Hubo una fase, de unos 10´ minutos, en la segunda mitad en que pareció, por lo ajustado del marcador, que podían tener alguna influencia. Afortunadamente no fue así y, pese a sus errores, no tuvieron nada que ver en el resultado final.

MARCADOR CADA 5 MINUTOS   :

3-3. 7-6. 10-8. 14-10. 14-12. Y el 16-15 con que se llegó al descanso.

20-18. 24-20.26-23. 27-25.30-26. Y el claro 33-28, resultado definitivo. 

INCIDENCIAS   :   En un choque tan decisivo las gradas del Angel Nieto mostraron la mejor de sus imágenes. Lleno total, con un público entregado a sus colores, y presencia de medio centenar de aficionados gallegos, que se dejaron notar. Ambiente grandioso y espectacular, aunque la actitud de algunos de los forasteros hizo que interviniese la seguridad y las fuerzas del orden. Al final, el público zamorano explotó de júbilo y rabia con la llegada de la primera victoria y todo el mundo (salvo los gallegos) salió del pabellón enormemente satisfecho.

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