Medio mundo mira de nuevo otra vez con asombro el ‘milagro de la economía española’, la confianza de los consumidores avanza avasalladora hacia cifras anteriores a la crisis, el empleo sube imparable y el PIB cabalga de nuevo como en sus mejores tiempos. Pero en España.

En Zamora, las cifras siguen siendo mediocres y siempre pasadas por el tamiz de las visiones partidistas. Desde los partidos de izquierdas, las cosas van mal, tan mal como siempre, incluso, peor que nunca. Los afines del PP ya se frotan las manos sacando tajada de la recuperación nacional extrapolándola a territorio zamorano.

En el medio, los ciudadanos asisten asombrados al resurgir de la economía nacional temiendo que de nuevo la vorágine de la recuperación pase de largo. En algunos lugares del país el ladrillo empieza a tomar impulso mientras en Zamora sigue bloqueado. La industria en varias provincias ya iguala la bonanza experimentada en la década pasada, en Zamora la industria pasó a mejor gloria. En muchos territorios la pérdida de población se ha invertido mientras en Zamora el éxodo juvenil sigue campando a sus anchas.

Así que, probablemente, no estemos tan mal como hace unos años, pero no estemos tan bien como otros.

Resulta imprescindible enganchar el desarrollo provincial al desatado desarrollo nacional, es necesario aprovechar el impulso nacional para desatascar el impulso local.

Zamora 10, el programa de desarrollo urgente de los socialistas, el programa electoral del PP… da igual a que documento haya que agarrarse, lo importante es no perder el tren del desarrollo de nuevo. Zamora no se lo merece.