Decir Zamora es hablar, entre otras cosas, de vinos y viñedos. La provincia puede presumir, y casi nadie en España está en disposición de hacer otro tanto, de contar con cuatro zonas productoras de vino acogidas a marchamos de calidad y con una larga tradición en la elaboración de buenos caldos.

Tierra del Vino, Toro, Arribes y Valles de Benavente son, por derecho propio, territorios vitivinícolas por excelencia. La calidad de sus vinos, sobre saliente en todos los casos, ha hecho que sus nombres resuenen en todos aquellos lugares del mundo, por lejanos que sean, donde se hable y se degusten buenos caldos.

Tintos, rosados, blancos… reservas, crianza, robles… con aguja… vinos de hielo…y así un largo etcétera de vinos y variedades que tienen su origen en el buen hacer de viticultores y bodegueros de toda la provincia.
Vinos que se elaboran con variedades como el tempranillo, la tinta de Toro, la Juan García, Malvasía o Prieto Picudo, entre otras muchas, y que hace años están en los estantes de las mejores tiendas gourmets del mundo-

Por antigüedad e importancia, hay que destacar la Denominación de Origen Toro. Se creó en el año 1987 y bajo su protección trabajan cerca de 60 bodegas. Es una denominación siempre en expansión, que cada año consigue atraer el interés de un mayor número de productores y en la que se encuentran asentados, por una parte, algunos de los principales grupos vinateros de España y, por otra, pequeños bodegueros con ganas de realizar vinos muy personales basados siempre en la variedad Tinta de Toro, la gran joya de la denominación de origen Toro.

A caballo entre las provincias de Zamora y Salamanca se encuentra la DO Arribes, una joven denominación que agrupa a más de 15 bodegas que tienen en la variedad Juan García su gran baza a la hora de elaborar tintos de reconocido prestigio. Los vinos de Arribes están marcados en gran medida por el microclima que hay en la zona y por su manera de trabajar las viñas. Los productores locales han sido capaces de construir bancales en zonas insospechadas, muy cerca de los acantilados que el río Duero ha ido labrando a lo largo de los siglos en las masas graníticas de la comarca y la recompensa a tanto esfuerzo son unos vinos sorprendentes y muy reconocidos.

La comarca de Tierra del Vino de Zamora, situada en el suroeste de la provincia también ha conseguido su propia denominación de origen asociada a los vinos. La mantiene desde el año 2007 y ha tenido un crecimiento sostenido con más de una decena de bodegas produciendo vino actualmente.

Igualmente, en el norte de la provincia se produce el Vino de los Valles de Benavente, una zona tradicionalmente vitivinícola que explota desde hace años y, entre otras variedades, la Prieto Picudo haciendo unos caldos siempre diferentes y con una marcada personalidad propia.

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