Vecinos y servicios de extinción se afanan en salvar las grandes montañas de pajas repartidas por los terrenos afectados por los incendios

Con más de 10.000 cabezas de ganado necesitadas de alimento en la provincia, los vecinos de los pueblos afectados por los incendios este verano se afanan por conseguir al precio que sea la comida que sirva para sacar adelante sus explotaciones. Hasta ahora algunos se han apañado con los cargamentos de alimentos donados por particulares, empresas e instituciones, pero lo cierto es que las llamas siguen calcinando tierras de pastoreo y naves ganaderas y las necesidades aumentan día tras días.

Con este preocupante panorama, lo cierto es que salvar de las llamas las grandes montañas de paja que estos días se diseminan por las tierras de rastrojos de la provincia se ha convertido en el gran objetivo de vecinos y servicios de extinción.

En muchos casos, en todos estos terrenos calcinados, los montones de pacas de paja destacan con su vibrante color amarillo sobre el negro de los rastrojos quemados ofreciendo un peculiar paisaje.

Muchos de estos montones aparecen perimetrados por tierras roturadas que a modo de cortafuegos han servido para frenar el avance de las llamas.

Cortafuegos que en algunos casos han realizado los propios vecinos con sus tractores, y que en otros han sido realizados por los servicios de extinción, que siempre que pueden y lo permite el avance de las llamas se afanan por salvar la comida de las cabezas de ganado de la zona.

 

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