Cuatro trabajadores narran su experiencia laboral enfrentando la ola de calor

Óscar González Turiño

Las temperaturas extremas no son plato de buen gusto para nadie, pero no nos afectan a todos por igual. 40º no se perciben de igual manera desde una tumbona en la playa que trabajando a pleno sol.

Si alguien sabe cómo llevar de la mejor manera posible la ola de calor en la que estamos inmersos son las personas que día tras día trabajan con el sol como compañero inseparable.

¿Quién sabe mejor que un barrendero el calor que se vive en las calles? Helidoro Hernández, barrendero de la ciudad, avanza la que sin duda para todos es la clave de cara a combatir estas temperaturas: “Lo más importante sin duda es beber mucha agua”.

Otra de las claves indispensables para Heliodoro es la de tomar ciertos descansos a la sombra para rebajar la temperatura corporal. Aunque asegura tener una gran resistencia al calor, tiene claro cuál es la época perfecta para trabajar: “Yo personalmente noto que trabajo mejor en otoño e invierno que en verano y primavera”.

Más allá de la época, también tiene un horario preferido. “El turno de tarde es mucho peor que el de mañana, te notas más cansado porque el calor es más extremo” concluye Heliodoro.

Si hablamos de “patear” las calles uno de los trabajos que inevitablemente se nos viene a la mente es el de controlador O.R.A. Lolo Ramón es un controlador zamorano que cuenta con varios trucos para sortear de la mejor manera posible este calor asfixiante.

“A la gente que no tiene que trabajar le recomendaría no salir de casa, al menos hasta que pasen las horas de máximo calor, y a los que como yo se vean obligadas a hacerlo que se tomen sus descansos para prevenir males mayores” sentencia Lolo.

Este asegura que “el calor hay que saber llevarlo”, y cuenta algunas de las técnicas que él utiliza para convivir con este: “Yo llevo siempre conmigo dos botellas de agua congeladas, una la llevo en el lateral y otra en la espalda que me refrigera todo el cuerpo, y cuando se me acaba alguna la repongo”.

Para sufrir las consecuencias del calor no hace falta estar en la calle durante toda la jornada, uno de los gremios que más sufre estas subidas drásticas de temperatura es la hostelería. Miguel Ángel Jaular, hostelero en el siempre concurrido Bar Vaivén, tiene clara una cosa: “Si me das a elegir prefiero combatir este calor de vacaciones que trabajando, 40º no parecen tanto si te pillan de vacaciones”.

Miguel Ángel también incide en la importancia de mantenerse hidratado como principal arma ante el calor. “Tengo más de siete aparatos a mi alrededor dándome calor continuamente, es más duro de lo que parece” afirma.

Trabajar en estas circunstancias no te condiciona solo la jornada laboral, sino que, como asegura Miguel Ángel “hay días que arrastras todo y llegas a casa cansado y malhumorado”.

La jardinería está altamente marcada por las condiciones climáticas, pero a veces no afectan solo a la flora sino también a quienes la trabajan. Tania Vega, jardinera para el Ayuntamiento de Zamora, trata de dejar impolutos los parques y jardines de la ciudad, eso sí, botella de agua en mano.

Aunque en verano los jardineros de la ciudad cuentan con la jornada reducida, Tania afirma que “el calor hace que el cansancio se multiplique”. “En la medida de lo posible tratamos de buscar la sombra en los momentos de máximo calor” asegura.