Se muestran 172 obras de arte religioso en el Santuario de las Virgen de la Salud

El obispo de Zamora, Fernando Valera, ha inaugurado esta mañana la exposición de arte religioso, Salus, compuesta por 172 piezas del arciprestazgo Aliste-Alba y también algunas llegadas desde Portugal. Así lo ha explicado esta mañana el comisario de la muestra, José Ángel Rivera.

Se trata de una iniciativa que surge en el arciprestazgo Aliste-Alba y que ha capitaneado el arcipreste, Fernando Lorenzo. Un esfuerzo mayúsculo para esta iglesia rural en la que no se recuerda una actividad cultural de esta magnitud. «Comparable a las Edades del Hombre por la la calidad de las piezas y por el número: 172», ha explicado el comisario.

La exposición, instalada en el Santuario de la Virgen de la Salud de Alcañices, muestra obras de arte de entre los siglos III y XXI.

Una imponente exposición del patrimonio artístico y religioso que viene a poner sobre la mesa la riqueza cultural de un territorio «despoblado y envejecido» pero que tiene mucho que ofrecer, tal y como ha explicado el arcipreste, Fernando Lorenzo.

En todo caso, es una actividad cultural y religiosa que no sólo pretende poner en valor el patrimonio artístico de este territorio de la diócesis zamorana, sino también potenciar la zona. Tal es así que se han desarrollado seis rutas por la zona para descubrir su riqueza: ruta de los retablos, ruta gastronómica, ruta arquitectónica, ruta de las ermitas, y la ruta de las pinturas murales.

El obispo de Zamora, Fernando Valera se ha dirigido a los presentes en la ceremonia de inauguración para asegurar que: “hoy los arciprestazgos de Alba y Aliste, se ponen de pie y levantan la cabeza. Muestran la belleza de sus raíces con historia, esa belleza conservada a fuerza de tesón. Aquí en esta exposición de SALUS está la fuente de la belleza,

JESUCRISTO, su PUEBLO SANTO castigado por siglos de pobreza, y por un presente donde la gente se ha tenido que ir. La España despoblada, hoy mira el futuro con el orgullo de su historia y lanza un grito PROFÉTICO: Esto que somos en lo más íntimo de nuestro ser, es intrínsecamente verdadero, bello y bueno; esto nos posibilita mirar la realidad y ver reflejada la propia verdad, belleza y bondad de nuestro ser cristianos en esta tierra.

La Belleza nos hace libres. ¿Qué belleza salvará al mundo? Frase tomada de Dostoievski y dicha en su “príncipe idiota”. Es la belleza de Jesús, es la que nos da rostro, y su belleza se traspasa a su gente y le hace amar, pero sobre todo se lanzan a amar y a plasmar ese amor. Su vida presenta la de Jesús, su belleza se difunde en su corazón y se irradia en sus gestos y en su verdad: “Cuando vi a Jesucristo, su incomparable belleza quedó impresa en mi alma tan profundamente, que todavía hoy la tengo esculpida” (Vida, 37,4; Sta. Teresa).

La España alejada y despoblada es consciente de ser “un pequeño rebaño, nuestro Dios realiza la salvación con medios escasos y precarios. En el mundo de las grandes megápolis y de la eficacia, en plena guerra de los poderosos, nosotros seguimos eligiendo al que vivió en Nazaret, una aldea perdida en la insignificancia de Judea. Que nace por el sí de una joven, María, y la encarnación del Hijo querido y su obediencia hasta la cruz. Los doce, pocos, torpes, traidores. Solo la fuerza del Resucitado y de su Espíritu consiguió dinamizarlos, en medio de un ambiente hostil, con persecuciones y fracasos apostólicos.

Tras las palabras del obispo, los presentes se han dirigido al interior del santuario para disfrutar la muestra y de las explicaciones de su comisario, José Angel Rivera de las Heras.
Se exponen 170 obras, ya seleccionadas. Hay documentos archivísticos, libros, fotografías e imágenes cinematográficas, objetos pétreos, esculturas, pinturas, piezas de orfebrería y de metalistería, adornos personales, mobiliario, ornamentos y otros textiles, etc., entre los siglos III y XXI.

Destacan piezas de los escultores Juan de Montejo, Tomás de Sierra, Ramón Álvarez, Ricardo Flecha, etc.; del pintor Ricardo Segundo, del platero Antonio Rodríguez, etc.

Itinerario:

1. EL TERRITORIO Y SUS IGLESIAS

Alba y Aliste son dos comarcas naturales situadas geográficamente al oeste de la provincia de Zamora, limitando con la zona trasmontana de Portugal. Ambos territorios formaron dos vicarías eclesiásticas, secularmente dependientes del arzobispado de Santiago de Compostela, hasta su segregación en 1888, en que pasaron a pertenecer a la diócesis de Zamora por mandato de la Santa Sede.

Actualmente están unidas en un solo arciprestazgo, el de Aliste-Alba, formado por 84 parroquias, que son servidas por 8 sacerdotes en activo, ayudados por diversas religiosas.
Aquí se exponen algunos objetos pétreos de cronología más antigua conservados en iglesias alistanas, documentos relativos a las antiguas vicarías de Alba y Aliste, y planos de obras proyectadas y/o realizadas en diversas iglesias del arciprestazgo en los siglos XVIII y XIX, conservados en el Archivo Histórico Diocesano.

2. SIGNADOS Y GUIADOS POR LA CRUZ

El bautismo es un sacramento, el primero de la Iniciación Cristiana, por el cual nacemos a la vida divina, nos vinculamos al Misterio Pascual de Cristo, y nos incorporamos a la comunidad eclesial. En el rito sacramental somos signados en la frente con la señal de la cruz, que nos identifica como cristianos; bautizados con agua bendecida, y ungidos en el pecho con el óleo de los catecúmenos y en la coronilla con el santo crisma, para ser fortalecidos con el don del Espíritu Santo, y para formar parte de su pueblo y ser miembros de Cristo, sacerdote, profeta y rey.

En este capítulo se muestran antiguos libros parroquiales con partidas bautismales y cuentas de fábrica, conchas bautismales, crismeras, y cruces parroquiales.

3. EN TORNO A LA MESA DEL SEÑOR

La liturgia de la Iglesia es fuente y culmen de la vida cristiana; toda su fuerza mana de ella y toda su actividad tiende hacia ella. En la Eucaristía, memorial de la Pascua del Señor, Cristo nos invita a un doble banquete en el que parte para nosotros el pan de la Palabra y el pan eucarístico.

Aquí se exhiben los vasos sagrados destinados a contener el Cuerpo y la Sangre de Cristo, como la patena y el cáliz, la píxide y el copón, la custodia y el portaviático. Así mismo, otros objetos vinculados a la liturgia: vinajeras, incensario, naveta, campanilla, plato limosnero, moldes para fabricar formas, atril, sagrario, ornamentos y paños con bordados alistanos.

4. EL SALVADOR, SU MADRE Y SUS AMIGOS

La persona de Cristo es esencial en la vida cristiana, su referencia fundamental. La Virgen María, madre de Cristo y madre de la Iglesia, está estrechamente vinculada a la obra de la salvación. Finalmente, los santos, los mejores hijos de la Iglesia, nos estimulan con el testimonio de su vida, nos iluminan con su palabra y nos ayudan con su intercesión.
En este capítulo se exponen obras pictóricas y escultóricas de Cristo, de la Virgen y de los santos de mayor devoción entre los fieles de estas tierras, algunos de los cuales son titulares de iglesias y parroquias.

5. ASOCIACIONES, DEVOCIONES Y TRADICIONES
Muchos de nuestros antepasados alimentaron y expresaron su fe y canalizaron la fraternidad eclesial a través de asociaciones públicas de fieles, especialmente cofradías y hermandades. Estas tenían como objetivos principales dar culto a Cristo, a la Virgen o a algún santo, así como ayudarse mutuamente en caso de necesidad. Y lo hacían a través de celebraciones litúrgicas y de manifestaciones públicas.

En este apartado se muestran documentos antiguos pertenecientes a cofradías, como cuentas y ordenanzas; varas insignias que otorgaban -y siguen otorgando- autoridad a sus mayordomos, adornos de imágenes, reliquias, etc. También se tiene un recuerdo especial al artista Ricardo Segundo, que en el siglo pasado representó a través de su obra pictórica los tipos y la vida cotidiana de Aliste, particularmente de Sejas, donde residió.

6. EL DESCANSO ETERNO

La vida terrena del hombre constituye una peregrinación, que acaba con la muerte física y culmina en el encuentro definitivo con el Señor; por eso, los creyentes manifestamos en esta vida nuestra fe y nuestra esperanza en la resurrección y en la vida eterna.

En este capítulo se presentan dos crucifijos articulados destinados a la función del desenclavo y santo entierro de Cristo, esquilas que sonaban para acompañar el viático a los moribundos, tablas con memorias de aniversarios e indulgencias, ornamentos de color negro usados en las misas de difuntos, representaciones de las Ánimas del Purgatorio, la imagen de la Virgen del Carmen, y testimonios fotográficos y cinematográficos de la procesión del Viernes Santo en Bercianos de Aliste.

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