Una simple comisión informativa finalizada de forma abrupta para iniciar una segunda comisión desencadena un agrio enfrentamiento entre el equipo de gobierno y la oposición

Lo que podría ser una simple cuestión formal, de terminar una comisión informativa para empezar la siguiente, lo que podría haberse arreglado con una simple charla de cinco minutos emplazando a los participantes a una reunión posterior ha terminado como el rosario de la aurora con el equipo de gobierno y la oposición en bloque dirigiéndose desagradables improperios más propios de la recién terminada campaña electoral madrileña.

El hecho de que la concejala Concha Rosales diera por terminada una comisión informativa sin terminar el debate de todos los puntos del orden del día para dar comienzo a la siguiente ha sido el desencadenante de un rifirrafe político pocas veces visto en Zamora. Mientras el PP calificaba el hecho como “surrealista y esperpéntico”, Ciudadanos                      valoraba la decisión de la concejala como “dictatorial”.

Mayte Martín Pozo echaba más leña al fuego mezclando ingredientes como el comunismo y el escaso aprecio de los comunistas por la libertad.

La portavoz de Ciudadanos encendía aún más los ánimos añadiendo los calificativos de “intransigentes” y “dictatorial” y decía que todo había sido un “atropello”.

Como un ciclón ha arremetido contra la oposición el alcalde, Francisco Guarido, para quien las descalificaciones de la oposición y especialmente de Martí Pozo no son otra cosa que una “mala imitación de ayusismo” y quizá un intento de tratar de hacer aflorar en Zamora el “lenguaje de Vox”.

 

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