Los manifestantes apuestan también por un control de los precios que frene la inflación

La Plaza de La Encomienda, en el barrio de San Obrero, ha sido este lunes el lugar desde el que ha partido la tradicional manifestación del Primero de Mayo. Una jornada festiva y a la vez reivindicativa que este año ha disfrutado de un día soleado y que ha animado a la participación de los trabajadores.

En esta ocasión, la manifestación ha transcurrido por el barrio de San José Obrero para terminar en la Plaza Mayor, donde los representantes de los trabajadores han leído un manifiesto en defensa de los derechos de los trabajadores.

Este año el lema elegido por los principales sindicatos convocantes ha sido el de ‘Subir salarios, bajar precios y repartir beneficios’.

Los representantes sindicales han asegurado que es imprescindible una subida de salarios acorde con la subida de precios para que los trabajadores no pierdan una vez más poder adquisitivo. Han reclamado igualmente, en un momento en el que grandes empresas presentan resultados en positivo de récord, que haya un justo reparto de beneficios que permita a los empleados soportar el incremento de los precios.

Con respecto a la inflación, los sindicatos han pedido que se controlen los precios de tal forma que los trabajadores puedan acceder a productos y servicios como en años pasados en los que la subida de los preciso estaba bajo control.

Los manifestantes han portado pancartas reclamando más derechos para los trabajadores, en especial los de los empleados de la ayuda a domicilio. También han portado pancartas criticando la política forestal de la Junta.

En la pancarta de Izquierda Unida, siempre presente en estos actos se ha echado de menos la presencia del alcalde, Francisco Guarido, convaleciente de una operación.

 

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