Durante una conferencia en la EMU de Ungilde
El pasado domingo en la EMU de Ungilde de Sanabria, el montañero y geógrafo ambiental sanabrés Daniel Boyano Sotillo hizo un repaso por la importancia de los bosques y árboles en Sanabria y sus servicios ecosistémicos. La actividad está integrada en el amplio programa cultural que la EMU de Ungilde tiene para este otoño.
El acto comenzó en las calles de Ungilde midiendo la temperatura del suelo a la sombra de un árbol y directamente al Sol. Los resultados fueron de 35ºC en el suelo urbanizado expuesto al Sol y 19 Cª en el suelo urbanizado bajo la sombra del árbol. Así se probó empíricamente la importancia de los árboles en áreas urbanizadas como un pueblo o una ciudad. Posteriormente se siguieron enumerando servicios ecosistémicos que proporcionan los árboles y que son esenciales para los seres vivos, incluidos los seres humanos.
Ya en el interior de la EMU de Ungilde Daniel presentó una muestra de alguno de los árboles y bosques más representativos de Sanabria para conocerlos y poderlos conservar en base al conocimiento.
Daniel comentó que «tenemos que respetar y aprender de los árboles ya que son capaces de convertir lo que para nosotros es un gran problema, el CO2, en algo fundamental para la vida en la Tierra, el oxígeno. Los árboles también nos enseñan que la naturaleza premia los procesos de asociación, colaboración y cooperación frente a los de competencia. Los humanos todavía estamos a tiempo de revertir nuestro comportamiento e imitar estos procesos exitosos que la naturaleza nos muestra y que han triunfado durante millones de años». Daniel también afirma que para él los árboles «son ejemplo de paciencia y perseverancia ya que tienen que alimentarse y sobrevivir sin desplazarse, esperando siendo las condiciones óptimas». «hay que recordar que los árboles generan humedad, precipitaciones y por lo tanto agua, cerrándose el círculo de la vida. Los árboles son los hijos del suelo y el agua y la luz».
«Las raíces de los árboles no se les presta atención porque no se ven, y con nuestro patrimonio natural y cultural pasa lo mismo. Por ello, mediante estas pequeñas acciones autogestionadas por la Asociación CRIOSANABRIA queremos dar a conocer nuestros árboles y bosques ya que no se quiere lo que no se conoce, y no se cuida lo que no se quiere. Hay que recordar que lo esencial suele ser invisible a los ojos como sucede con la vegetación en general, que representa el 80% de la biomasa mundial, o con las raíces de los vegetales en particular». Daniel también afirma que para él los árboles «también son ejemplo de paciencia y perseverancia ya que tienen que alimentarse y sobrevivir sin desplazarse, esperando siendo las condiciones óptimas» «El conocimiento potencia las emociones y favorece la conservación.».
Durante la actividad se habló de las diferentes actividades que CRIOSANABRIA realiza para conservar los bosques y árboles de Sanabria. Entre estas actividades destaca una futura guía de árboles monumentales de Sanabria, señalización de paseos con árboles singulares, un pasaporte de árboles monumentales de Sanabria y un borrador de Ordenanza Municipal para la conservación de los árboles locales. Esta ordenanza CRIOSANABRIA la ha llevado a los ayuntamientos de Sanabria utilizando los tres idiomas de la comarca, el Asturleonés (Senabrés), el gallego y el castellano.
CRIOSANABRIA continúa trabajando con repoblaciones con especies autóctonas. En la actualidad el voluntariado de la asociación está reforestando con negrillos/olmos resistentes a la grafiósis proporcionados por el MITECO.
*Daniel Boyano Sotillo ha realizado más de 1000 actividades de educación ambiental en más de 50 países durante sus más de 13 años viviendo en África, Asia y América. Daniel ha trabajado en la conservación de los bosques de Araucaria de la Patagonia, las secuoyas (árboles más altos del mundo) y pinus longeva (árboles más antiguos del mundo con más de 4000 años) de California, las Ceibas de América Central, los abedulares del círculo polar ártico, los rododendros del Himalaya asiático, los baobas africanos, la selva de la Amazonía o del Sudeste Asiático…. Y por supuesto en los bosques sanabreses.