Una carrera popular en la que ha podido participar todo el mundo, con pruebas competitivas y no competitivas adaptadas a cada categoría

Andando, en patines o corriendo. Cientos de aficionados al deporte se han concentrado este domingo en la Avenida de la Feria, con el inmejorable marco de la muralla al fondo, para participar en la conocida Carrera del Cerco.

Una prueba que al margen de su originalidad desde el punto deportivo, es la única de todo el país en la que se corren cinco kilómetros compensados, es algo más que una prueba de atletismo.

La Carrera del Cerco, que llega este año a su octava edición, vuelve a servir para dar visibilidad a una de las enfermedades más crueles, la esclerosis múltiple. Todo lo recaudado en la carrera por los organizadores irá a parar a la asociación que en Zamora trabaja para ayudar a los afectados por esta dolencia.

Por eso, esa mañana, al margen de deseos competitivos, lo que reinaba en la Avenida de la Feria era la solidaridad, el buen humor y las ganas de ayudar a los afectados por la esclerosis.

Una carrera popular en la que ha podido participar todo el mundo, con pruebas competitivas y no competitivas adaptadas a cada categoría y con prueba específica para caminantes y para patinadores, con distancias adecuadas a cada edad.

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