El trencilla anuló un gol legal al Zamora en la primera parte y no señaló un posible penalti a Manu Viana en la segunda

REDACCIÓN RAÚL NIETO / FOTOGRAFÍAS ANDRÉS MORENO

El Zamora viajará a Vitoria obligado a marcar. En este formato, el empate clasifica al mejor clasificado, por lo que será necesario salir a ganar. Los de Yago Iglesias, en términos generales, fueron mejores a un filial vasco que se mostró ramplón y conformista con un empate sin goles, pero que dejó destellos de calidad en el Ruta.

La novedad llegó en la portería. Después de tres meses, Julio Iricibar regresó a la puerta del Zamora en detrimento de un David Troya que quedó relegado a la suplencia. La otra novedad fue la entrada de Silva por un Tibu que volvió al flanco izquierdo. El equipo rojiblanco salió bien, dominador, aunque sin remate. El dominio territorial invitaba al optimismo, y el equipo, empujado por una grada especialmente animosa, empujó a unos jugadores que llevaban el peligro a la meta rival.

Sin embargo, el Zamora volvió a adolecer de remate. A tanta posesión le faltó dar ese susto al meta alavés, que, salvó un disparo de Manu Viana desde la frontal que tuvo que repeler por encima del larguero en la mejor (y única) ocasión del Zamora en la primera parte, no sin apuros. En el área propia, Iricibar no tuvo que intervenir. Solo un remate de Marc Tenas trajo el peligro, pero no encontró portería.

Justo antes del descanso, llegó la jugada clave. Tras esa parada del meta visitante, Manu Viana puso un córner al segundo palo y cerrado, como tantas veces este año. El balón entra por la escuadra, sin que portero, defensas ni atacantes estén cerca de disputar esa pelota que se coló directa. Con la alegría en la grada, la trencilla señaló una falta que solo él apreció ante la sorpresa de unos y de otros. Un gol psicológico que fue anulado y que cambió por completo el rumbo de la eliminatoria.

En la segunda parte el guion no cambió excesivamente. El Zamora volvió a salir a dominar y a atacar, pero se estrelló una y otra vez en la defensa. Sin ocasiones en ningún área, un balón de Charly a la espalda de la defensa llegó a Manu Viana, que escorado en la zurda, fue derribado de manera clara por el defensor. Crespo Puente, árbitro de hoy, no decretó un contacto que sí existió a pesar de que minutos antes decretó falta donde no hubo contacto. Una decisión que terminó por levantar la indignación en el Ruta de la Plata.

El Alavés creció en los minutos finales. Solo un remate de Sannadi rozando el palo de Iricibar tras una gran jugada personal. Fue la única jugada que trajo el peligro real a la meta del portero pucelano. Con David Ámez tocado y con diez tras lesión de Álex Ares, tanto vascos como zamoranos firmaron un 0-0 que evita males mayores y que deja todo en el aire para Vitoria, donde el domingo, a las 17:00 horas, el Zamora tratará de marcar y pasar la eliminatoria.

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