El sonido del bombardino y las matracas rompen el silencio de la noche zamorana
Uno de los desfiles más emblemáticos de la Pasión zamorana ha vuelto a congregar a un numeroso público. Ataviados con sus tradicionales capas pardas alistanas y portando faroles de hierro forjado, los hermanos acompañaron a un Crucificado del siglo XVII atribuido a Bartolomé González Espinosa.
Un año más el sonido del bombardino y las matracas ponen la lúgubre banda sonora a la procesión que concluye con el canto del Miserere Popular Alistano a las puertas de San Claudio de Olivares.
Recorrido: Salida desde la Iglesia San Claudio de Olivares para seguir por Plaza de San Claudio, Calle Cabildo, Avenida de Vigo, Cuesta y Calle Pizarro, Rúa de los Francos, Plaza de San Ildefonso, Plaza Fray Diego de Deza donde se reza el Vía Crucis al paso de la procesión. Después, sigue por Plaza de Arias Gonzalo, Calle Obispo Manso, Plaza Antonio del Águila, Puerta del Obispo, Cuesta del Obispo, Calle Trascastillo, Calle Santa Colomba, Calle Rodrigo Arias y Plaza de San Claudio donde se entona el Miserere Castellano para retornar posteriormente a su templo de salida.