«Lo que tiene que hacer la Junta es desmontar la escultura de Santiago Peregrino y trasladarla al interior de la Iglesia de Santa Marta de Tera», declara Martín Benito

El Procurador del PSOE de Zamora y Portavoz de Cultura y Turismo en las Cortes, José Ignacio Martín Benito, ha lamentado que «la Junta de Castilla y León haya decidido no trasladar la escultura del Santiago Peregrino al interior del templo de Santa Marta de Tera, después de que el Consejero había anunciado que sí que lo iba a hacer, siguiendo el mandato de las Cortes y porque estaba convencido de ello».

Añade el Procurador del PSOE que «nos parece que las escusas que ha dado la Junta de Castilla y León que hay riesgo para la escultura no se compadece en pleno Siglo XXI, donde está a la orden del día cualquier tipo de traslado».

«Trasladaron en 2009 más de 20 esculturas de la portada occidental de la Catedral de León al interior del templo, se hizo lo propio con decenas de esculturas de la Galería de los Reyes de la Catedral de Burgos al interior, se hizo con las Cariátides de Atenas, se hizo con todas las esculturas de la Catedral de Siena, se hizo en los años 60 con el templo de Abu Simbel que fue desmontado piedra a piedra y traslado aguas arriba del Río Nilo, es decir, son escusas incomprensibles del consejero de Cultura, el señor Santonja» ha subrayado José Ignacio Martín Benito.

«Lo que tiene que hacer la Junta de una vez por todas es, con técnicos y técnicas actuales y eficientes, primero desmontar la escultura de Santiago Peregrino y trasladarla al interior de la Iglesia de Santa Marta de Tera» ha afirmado con rotundidad.

«Tenemos la impresión de que lo que se puede hacer en el Mundo, en Europa y en España ¿no se puede hacer en la provincia de Zamora en Santa Marta de Tera? No lo entiende absolutamente nadie».

«La imagen de Santiago Peregrino, icono universal de las Rutas Jacobeas debe salvaguardarse y ponerse a buen recaudo en el interior del templo. Sería muy lamentable, pero muy lamentable, y la única responsable sería la Junta de Castilla y León, de que no se adoptaran las medidas de seguridad necesarias y de que un día cualquier desaprensivo, cualquier ladrón, quisiera llevarse la escultura, entonces sí que se destrozaría».

«Hay que salvar también la escultura de las inclemencias del tiempo, de los cambios bruscos de temperatura, del agua de la lluvia, del hielo, que lo que hacen es deteriorar la arenisca, la piedra en la que está esculpida», concluye José Ignacio Martín Benito.

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