Un gol del aragonés Marcos Baselga permite a los rojiblancos tomar aire y encarar la segunda vuelta con optimismo

Las finales no se juegan, se gana. Y el tópico, fue llevado a la práctica de manera inmaculada por parte del Zamora. Los rojiblancos salieron a especular atrás y buscar una contra que le hiciese anotar el gol definitivo. Y, aunque sufriendo hasta le extenuación, logró un botín inmenso ante un rival que fue, durante muchos minutos superior.

Salió Yago con una pequeña revolución en el once inicial, con Parra y Jon Rojo en los laterales, y Losada de vuelta en la punta de lanza. Los zamoranos no entraron bien al partido, al contrario que el Talavera. Los locales, además de salir más intensos, parecían estar mejor plantados ante un Zamora que sufría lo indecible para sacar la pelota jugada. En varios errores de salida de balón, ante la presión alta por parte del cuadro local, trajo los primeros sustos de la tarde, que fueron salvados por Jon Villanueva y por la fortuna de que Forgás no acertó en la última de la primera parte. Una primera parte en la que el Zamora, salvo dos balones parados, no pisó área rival.

La segunda parte no cambió el guion. El Talavera salió a dominar y tuvo las mejores opciones. Forgas primero, Perales después, nutridos de balones por Dani Pichín y David Añón, pudieron poner al Talavera por delante en numerosas oportunidades para adelantarse, pero que fui incapaz de anotar. Por el contrario, el Zamora esperó a tener la suya. Tras forzar un corner, y conseguir recuperar la posesión, un balón a la espalda encontró a Kepa Vieites. El extremo vasco se revolvió, aguantó y la puso perfecta para que Baselga, con toda la pausa del mundo, batiese a Rubén Miño.

Con el 0-1, el Zamora supo sufrir. No concendió ninguna ocasión, salvo un disparo de Rodrigues desde fuera del área que se encontró con una mano más del mejor jugador del partido: Jon Villanueva. Los rojiblancos desperdiciaron la oportunidad de matar a la contra, pero supieron sufrir para cerrar un triunfo que saca a los de Yago de la quema.

Ahora, queda una semana clave en el mercado de fichajes, además de los dos envites ligueros ante el todopoderoso Deportivo y el rival directo Calahorra. Con las futuras de llegadas de Álvaro Molina, central del Tudelano, más algún jugador de perfil ofensivo que a priori recalará en la disciplina rojiblanca, el Zamora cerrará un enero para soñar.

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