El trencilla asturiano, Gao Aladre, no pitó un penalti a favor del Zamora sobre Jaime Sancho en la primera parte y obvió una clara falta de Garban en el gol local
Raúl Nieto
Guijuelo (Salamanca)
Como de costumbre, el Zamora vuelve a salir de vacío de Guijuelo. Y esta vez, con la impotencia añadida de que la actuación arbitral eliminó por completo la opción de sumar en tierras chacineras. Enrique Gao Aladro no controló el partido en ningún momento, y en su caótica tarde, sin duda, perjudicó mucho más a los zamoranos que a los chacineros.
Con la defensa en cuadro, Yago Iglesias tuvo que reestructurar la línea de cuatro de atrás, colocando a Theo como central derecho y dando entrada a Juanan en el pivote, que sustituyó al gaditano. Además, el técnico gallego buscó velocidad para filtrar balones a la espalda tras ganar las segundas caídas, con Manu Viana en la izquierda, y Jaime Sancho en la derecha. Charly repitió como hombre referencia en un partido en el que el fútbol directo se preveía constante.
Y así fue. Ni Zamora ni Guijuelo apostaron por posesiones largas. El Zamora buscó las peinadas de Charly y las apariciones de ambos bandas para las segundas jugadas, un plan idéntico al del Guijuelo, que situó a Giráldez como hombre referencia, con Pepe Carmona y Caramelo buscando las prolongaciones. En este guion, el Zamora no sufrió. Tampoco el Guijuelo se vio en apuros, hasta que Manu Viana consiguió recoger una pelota larga y plantarse en la frontal del área. Una llegada que el central chacinero abortó. Y en el minuto 20, llegó la primera jugada polémica de la tarde. Otro balón largo, esta vez hacia Jaime Sancho, es aprovechado por el aragonés para romper en velocidad e irse de su marcador. Este último, superado por el extremo rojiblanco, le agarra de manera clara impidiendo su avance, pero ni el trencilla, ni su asistente número uno señalaron el punto fatídico. Por el bando contrario, solo un balón parado botado por Cristóbal Gil, en el que Troya no acertó a despejar, puso en aprietos la meta zamorana.
En la segunda entrega el guion no cambió. Pero sí se vio a un Zamora que buscaba con más ahínco la meta del Guijuelo. Con las entradas de Vallejo y Dani, el Zamora empezó a pisar campo rival, y tras unos primeros minutos de tímidas llegadas, Jaime Sancho se convirtió en el puñal que atravesó la zaga local. Primero puso un centro pasado que no encontró rematador y después, tras zafarse de Coque, puso un centro medido que Charly envió por encima del larguero. Y ahí estuvo el partido, porque en ese tramo de partido, el Zamora fue dominador, fue el que propuso y fue el que creó ocasiones.
Pero ese escenario, el de perdonar, es el que le está penalizando al Zamora. Porque deja la sensación de que el rival, con una, no va a perdonar como lo hacen los rojiblancos. Y así fue. En una jugada que arranca con una clara falta a Charly, continúa con un balón en largo. El encargado de proteger la pelota fue Raúl Prada ante la presión de Garban, pero el zaguero pecó de blando dejando votar una pelota que no debió haber tocado el suelo. Un bote que aprovecho Garban para ganarle la posición con una clara falta que el asturiano tampoco vio y definir con maestría ante David Troya.
Con el 1-0, y los ánimos más que caldeados, el central del Guijuelo Perea le clavó los tacos en la cabeza a Pau Miguelez, lo que le supuso la expulsión. A raíz de la infracción, se montó una tangana entre equipo y grada que terminó de sacar a los rojiblancos del choque. A pesar de contar con un descuento de nueve minutos, los charros supieron frenar el duelo. Aún así, el Zamora tuvo la última en un centro de Alex Áres que Juanan, libre de marca en el área pequeña, envía al larguero. Fue el último coletazo de un Zamora no pudo contra doce y que dormirá fuera del play-off tras sumar su segunda derrota seguida. El domingo de Ramos, contra el Polvorín y en horario matinal comenzará otra final más para recuperar el cauce de la victoria.