Los rojiblancos hicieron los deberes y no desaprovechan el regalo del Avilés en Guijuelo

REDACCIÓN: RAÚL NIETO / FOTOGRAFÍAS: ANDRÉS MORENO

El Zamora obró el milagro. Contra todo pronóstico y casi sin esperarlo. Pero lo obró, que es lo que importa. En la matinal del domingo, con el transistor en la oreja, el Zamora tenía que ganar, y esperar a que o Guijuelo o Compostela pinchasen. Y ocurrieron todas las premisas: el Ruta se hizo fuerte, el Guijuelo no fue capaz de ganar al Avilés y el Compostela pinchó en casa con el Marino.

Pero eso fue al final. Al principio, hubo varias novedades. La más grata e ilusionante para una afición sedienta de alegrías fue la entrada en el once inicial de Luis Rivas. El colombiano de 19 años, que llegó al filial en enero, gustaba y mucho al cuerpo técnico. Tras debutar en Coruxo, el colombiano dejó mejores sensaciones que algunos jugadores del primer equipo, y el entrenador gallego al fin le dio la oportunidad. La otra novedad fue la entrada de Juanan en detrimento de un Theo Chendri que no fue ni convocado.

El Zamora salió mal. A diferencia del resto de jornadas, los rojiblancos no fueron capaces de imponerse a su rival, y los palentinos, por medio de Adri Pérez y de Adri Castro, pusieron en serios aprietos a un equipo rojiblanco que no carburaba. Solo una contra magníficamente llevada por Jaime Sancho, que acabó con un pase en la frontal para el Tibu Amez, con remate por encima del larguero del asturiano, llevaron el “uy” a la grada. Una ocasión marrada que precedió a un disparo al larguero del propio Adri Castro, que trajo el miedo a la parroquia. Un miedo que duró más bien poco, porque prácticamente a acto seguido, el Real Avilés se adelantó en Guijuelo y dejaba al Zamora a solo un tanto del play-off.

Una situación que se allanó más aún cuando el lateral izquierdo Israel fue expulsado por doble amarilla. En dos jugadas infantiles, una por una falta clara sobre Theo y la otra por agarrar a Jaime Sancho cuando se le iba, el lateral palentino vio la segunda amarilla y dejó a su equipo con uno menos cuando aún quedaba más de una hora de partido. Eso sí, el Zamora no aprovechó la superioridad y se fue con un 0-0 al descanso que sembró más dudas que certezas.

En la segunda entrega, el Zamora volvió a morder. Los rojiblancos salieron en tromba, y un buen centro de Luis Rivas, acabó en la bota de Charly, que, con un remate mordido, adelantó a un equipo zamorano que virtualmente pasaba a ser de play-off de ascenso. Con el 1-0 y con un rival menos enfrente, el Zamora optó por dormir el partido y no arriesgar lo más mínimo ante un rival que, por su resultado y el del Ourense, ya era conocedor de que las opciones de permanencia eran mínimas.

Los de Yago Iglesias pudieron matar. Una buena jugada de individual de Jaime Sancho le permitió plantarse en el área y disparar cruzado abajo. El disparo iba con veneno y salió rozando el palo, incluso el Tibu pudo rematar si se hubiese lanzado al balón unsegundo antes. A partir de ahí, los rojiblancos no quisieron correr más riesgos. Más aún, cuando llegó el empate del Guijuelo que enmudeció al Ruta de la Plata.

Con mucho centrocampismo y profundidad inexistente, los ojos pasaron a estar en Guijuelo. El 1-1 entre charros y asturianos dejaba al Zamora dentro, pero un tanto local, que por las informaciones que llegaban, estaba avasallando, tiraría todo por tierra. De hecho, la sorpresa saltó cuando empató el Marino al Compostela, lo que dejaba todo en un suspiro. Aunque sufriendo hasta la extenuación, el Zamora obró el milagro y pudo dar una alegría a su afición dos años después. Los de Yago Iglesias finalizan la liga regular quintos clasificados.

Contra todo pronóstico y con la proeza lograda, el Zamora se enfrentará a Alavés B, Peña Deportiva, Recreativo de Huelva o Atlético de Madrid “B”, jugándose la ida en el Ruta de la Plata. Después del sufrimiento, es momento de ilusionarse con un posible ascenso de categoría.

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