Los rojiblancos fueron superiores ante el colista, pero solo un gol en propia puerta pudo romper la balanza en favor de los rojiblancos

El Zamora salva el primer match-ball de este tramo final de la temporada. En una jornada sin ningún duelo directo, la previsión era que los equipos de play-off no pinchasen en sus respectivos partidos, y así fue como ocurrió. Una situación que dejaba en el alambre a un Zamora que jugaba después de todos ellos y que comenzó su encuentro a cinco puntos de los puestos de play-off. Una victoria por la mínima permite seguir con opciones.

Hubo dos cambios en el once de Yago Iglesias: Theo García volvió a un volante custodiado por Juanan y Jaime Sancho fue titular en el flanco derecho. Los otros nueve fueron los mismos que lograron rascar el empate en Coruxo. Los rojiblancos no salieron mal aunque sí es cierto que más aletargados que en jornadas anteriores. Solo una ocasión de Theo Chendri, que tras quedarse solo y escorado ante el portero, dudó de si finalizar él la jugada o dar el balón atrás buscando a Charly. Optó erróneamente por la segunda opción y el balón acabó en las manos del portero en lo que pudo ser el primero de la tarde.

A partir de ahí, el partido carecía de verticalidad, de desborde y de ocasiones. Hasta que en el ecuador, los rojiblancos empezaron a generar. Charly por dos ocasiones, una estrellada en el portero y la otra pegadita a palo que se escapó por centímetros, y Theo García al rematar un saque de falta lateral trajeron las mejores ocasiones de un Zamora que hoy también cometió el error defensivo de bulto que viene siendo habitual en esta temporada. En un balón a la espalda de David Ámez, Alberto Espeso se plantó solo ante David Troya. Fue un mano a mano escorado, pero con todo el tiempo del mundo para pensar en la ejecución. El jugador gallego optó por la colocación y, afortunadamente, no estuvo preciso, enviando el esférico a un larguero que salvó al Zamora de la enésima hecatombe.

Con el susto, el Zamora firmó gustosamente un 0-0 al descanso que no valía, pero que desde luego, pudo ser peor si el Bergantiños hubiese estado acertado. Pero esta vez sí, el Zamora salió a morder, y sobre todo, a buscar portería rival. En un saque de esquina lanzado por Manu Viana, el central gallego Agulló envió el balón al fondo se su propia portería. El 1-0 ante el colista llegó gracias a un error del rival, pero a estas alturas, vale todo y de cualquier manera. Así, los de Yago se pusieron por delante con toda la segunda entrega por disputarse.

Cabía la duda de si el equipo iba a ser conservador o si por el contrario, ante unos 1.500 espectadores -la mejor entrada en meses- los rojiblancos iban a buscar sentenciar el duelo. Se eligió lo segundo, y solo la incesante falta de gol que afecta a este Zamora evitó dejar el choque finiquitado. Primero fue Charly, que tras rematar un pase atrás de Manu Viana envió la pelota a la esquina, y después fue Jaime Sancho quien no alcanzó un centro también puesto por el jugador valenciano.

El 1-0 en el marcador, unido a la fragilidad defensiva que el equipo ha mostrado todo el año, dejaba los nervios a flor de piel, porque todo el entorno del Zamora es consciente de que una ocasión tira todo por tierra. A pesar de que el Bergantiños tuvo acercamientos, no encontró el remate en ninguno, salvo en un balón parado invalidado por fuera de que juego que Tomé envió rozando el palo.

Con más pena que gloria el Zamora certificó un triunfo vital para salir con opciones de un partido trampa. Los de Yago Iglesias se mantienen a dos puntos del play-off cuyo límite lo marca el Compostela, quien juega la próxima semana en duelo directo frente al Real Valladolid Promesas. Otra oportunidad de oro para recortar que el Zamora deberá aprovechar en Torrelavega.