Un gol de Etxaburu al filo del descanso sirve para sumar tres puntos muy luchados y seguir una semana más en cabeza
El Zamora recibió hoy al Real Avilés con dos objetivos: vencer a los asturianos, y convencer a los 6.000 espectadores que se dieron cita hoy en el Ruta de la Plata. Y objetivo cumplido, porque el equipo sacó adelante un partido complicado y la grada se fue más que contenta a casa.
El once de David Movilla trajo pocas sorpresas. La conocida baja de Julen Castañeda permitió a Roger Marcé volver a ser de la partida. Más arriba, Pito Camacho y Kun compartieron la delantera, reservándose a Luis Rivas para la segunda mitad. Quien también entró fue Dani Hernández en detrimento de Goñi.
Con estos ajustes, el Zamora salió mandón, y pronto se hizo con el monopolio de la posesión, hasta el punto de que varios jugadores del Avilés, con experiencia y fútbol en sus botas, pasaron completamente inadvertidos. Eso sí, al Zamora le faltó ese remate que si generó otros días. Y aún así, se pudo ir por delante al descanso, a merced de un testarazo de Kun en área pequeña a la salida de un córner que se fue a la madera.
Con mucho fútbol y pocas ocasiones, el partido se fue al entretiempo igual que empezó, pero con la sensación de que si el guion no cambiaba, el cuadro rojiblanco iba a encontrar puerta en cuestión de tiempo.
Y así fue. Se llevaban tres minutos desde la reanudación, cuando una pelota suelta le cayó en la frontal a Carlos Ramos. Un poquito más escorado que el día del Racing, el «10» volvió a golpear desde fuera, y esta vez, aunque el portero sí consiguió detener, dejó el rechace en la frontal. Allí apareció Etxaburu, que con un golpeo raso, batió a Álvaro para llevar el delirio al Ruta.
Con el 1-0, al Avilés no le quedó otra que irse arriba. Y al Zamora no le quedó otra que replegar, porque aunque la clasificación diga lo contrario, el cuadro asturiano es un equipo con experiencia y recursos para maniatar a cualquiera. Pero el equipo de Movilla es un cerrojo esta temporada. Entregando la pelota por completo, solo cedió una ocasión. Muy clara, eso sí. Un balón a la espalda que le llega a Claudio, que se orienta perfecto hacia su pierna buena para cruzársela a Fermín, que vio como la pelota besaba el palo y se iba fuera.
Poco más ocurrió en esos últimos quince minutos. El Avilés quiso y no pudo, y el Zamora buscó la contra que no llegó para matar. Al final, con 1-0, el Zamora consiguió aguantar y se lleva tres puntos muy trabajados ante un rival que no lo puso nada fácil. La próxima parada es El Malecón de Torrelavega.