Foto: Zamora CF

Los rojiblancos sufrieron en los primeros compases, pero a raíz del penalti de Miguel Prado, que acabó en la expulsión del jugador gallego, el Zamora llevó el partido a su terreno para sumar una goleada

REDACCIÓN: RAÚL NIETO

18 puntos de 18 posibles, diez goles a favor y cero en contra. Ese es el bagaje del Zamora, que ha comenzado la temporada a las mil maravillas y ha sacado adelante dos desplazamientos de dificultad y con sensaciones realmente positivas, a pesar de que, por juego, no siempre los de Movilla consiguen imponerse.

Sorprendió hoy el técnico vasco, tanto con el once como con la convocatoria, incluyendo tres centrales en de inicio, y con una delantera formada por Luis Rivas y Pito Camacho. El colombiano sumó así su primera titularidad desde el regreso de Movilla al banquillo, mientras que gente como Mancebo o Juanan fueron bajas para visitar al tercer clasificado.

No salió bien el Zamora o, al menos, salió mejor el Ourense. Con mucha profundidad en ambas bandas, los gallegos hicieron sufrir la zaga de tres centrales del Zamora, que tuvieron que bregar contra Amir, Alberto Gil, Alex Gil y Andrade. Eso sí, a pesar del dominio de los locales, hay que decir que Fermín Sobrón no tuvo que realizar ninguna intervención de mérito. Aunque también es justo decir que el meta gallego, Raúl Marqueta, no necesitó alertarse ante un Zamora que se mostró desaparecido de tres cuartos en adelante.

Con un calor asfixiante en la capital termal, el parón para refrescar pareció sentarle mejor al Zamora. Al menos, se notó una mínima mejoría, con alguna llegada aislada que le hizo tener presencia al fin en ataque. Y al trantran, los de Movilla forzaron un córner. La puso Carlos Ramos, libre de marca remató Jesús Muñoz. El balón iba a la escuadra, pero ahí apareció la mano de Miguel Prado para evitarlo. El central gallego, sabedor de las consecuencias de evitar el 0-1 sin ser portero, asumió la expulsión y Asier Etxaburu no perdonó desde los once metros para adelantar a un Zamora que, a pesar de que ofensivamente no había mostrado presencia, sacó petróleo.

Con el 0-1 y con un jugador más, el partido enloqueció. El Ourense trató de empatar y en una jugada aislada, Fermín Sobrón trató de proteger la pelota para que saliese por línea de fondo, y, apurando más de la cuenta, terminó con una carga del portero que estrelló al atacante gallego con la valla publicitaria, en una acción no exenta de polémica. El colegiado, a instancias del línea, ubicado a unos metros, no señaló pena máxima al entender que tanto la pelota como el jugador atacante ya se encontraban fuera del terreno de juego. Eso sí, no evitó el meta riojano la amonestación. En medio de la polémica, el Zamora volvió a sacar petróleo. Un centro de Julen Castañeda no fue despejado por uno de los centrales y Luis Rivas, libre de marca, batió con una potente volea dejó el partido visto para sentencia en el añadido.

En la segunda parte, el Ourense se negó a entregar armas. A pesar de tener un jugador menos, supo poner en aprietos al Zamora, hundiendo atrás a los rojiblancos y llegando a tener ocasiones, como una que permitió a Gabri Palmas plantarse solo ante Fermín Sobrón. El meta riojano salió valiente de su arco, y evitó un 1-2 que hubiese sido muy peligroso ante la garra del club gallego. Con el paso de los minutos y con la caída del calor, el Zamora empezó a reencontrarse. Y fue a falta de un cuarto de hora cuando llegó la contra que permitió sentenciar. Un arranque de Joel Priego cedió para Morales, que, a trompicones, consiguió devolver la pared al catalán. Escorado, pero con espacio, tuvo tiempo de perfilarse y colocar pegadito a palo un disparo cruzado que significó el 0-3 que a la postre, sería definitivo.

A partir de ahí, solo un error de Javi Pelos, que dejó solo a Salinas frente a Fermín Sobrón, trajo el “uy” a la parroquia rojiblanca, numerosa hoy en Galicia. Sin embargo, otra vez el meta riojano estuvo valiente en la salida y robo el balón al atacante antes de que pudiese rematar para recortar distancias.

Al final, el partido murió de manera cómoda, sin sufrir excesivamente, y dejando un balance que mete miedo, con portaría imbatida, con pleno de puntos y metiendo ya distancia a los perseguidores. Los de Movilla reciben la próxima semana al Pontevedra, en lo que será el regreso de Yago Iglesias al Ruta de la Plata, y que supondrá la prueba de fuego definitiva para conocer la fortaleza de un Zamora que ha vuelto a ilusionar.

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