Los rojiblancos pierden la opción de asentarse en los puestos de play-off y los asturianos se meten en la pelea

REDACCIÓN: RAÚL NIETO / FOTOGRAFÍA: ANDRÉS MORENO

Sin gol, no hay fútbol. Y hoy el Zamora fue incapaz de superar la meta oviedista. Con estas dos circunstancias, ya se puede intuir el desenlace del partido. Tras el pinchazo del Real Valladolid Promesas ante el Cristo Atlético, los rojiblancos tenían la opción de alejarse de los blanquivioletas y lograr un colchón con el resto de los equipos de la pelea, pero el intento fue inútil.

Sacó Yago Iglesias el mismo once que en las tres últimas jornadas, y el Zamora entró bien al partido, con claras intenciones ofensivas y generando la primera ocasión del encuentro. Sin embargo, en una contra rápida, los asturianos silenciaron el Ruta de la Plata. Una mal pase de Álex Ares en tres cuartos permitió que balón llegase a Enol. El punta del equipo cabalgó, condujo la pelota hasta la frontal, y desde fuera del área, sacó un disparo al palo largo de Troya imposible para el arquero rojiblanco que significó el 0-1 cuando el electrónico contaba dos minutos y medio de juego. La reacción del Zamora tardó en llegar, con unos veinte minutos insípidos, sin profundidad. Pero poco a poco, el equipo se fue acercando a meta rival. Charly tuvo la primera con disparo a la media vuelta que tapó la defensa, y Manu Viana, con un centro chut, envió el esférico muy cerca de la portería asturiana.

Cuando por fin los de Yago Iglesias le tomaron el pulso al partido, llegó el jarro de agua fría, que no fue definitivo pero mermó mucho las esperanzas rojiblancas. Una falta en la frontal del área, un tanto escorada, fue lanzada magistralmente por Enol, que, aprovechando un error de colocación en la barrera, colocó la pelota en la escuadra y anotó un 0-2 que ya no fue posible de levantar.

Y desde luego, esta vez no fue por intentos. Porque si algo no se le puede achacar al Zamora de hoy es actitud. Tras la reanudación, Juan Silva pudo reducir distancias en el primer minuto, en una jugada que se fraguó por la izquierda y que centró Manu Viana al corazón del área. El lateral, libre de marca y con todo a favor, no pudo dirigir el cabezazo a portería. Sin tregua, los zamoranos buscaron portería rival, y en una llegada desde el flanco derecho, el balón termina en Charly. El ariete fue derribado de manera clara por el defensor dentro del área, pero el colegiado, a escasos metros, no señaló un penalti más que claro a favor del Zamora.

Con mucha llegada, pero sin pegada, Yago introdujo cambios, dando entrada a Ander el Haddadi y Juanan por Tibu y Alex Ares, buscando una defensa de cinco con el marroquí como carrilero diestro y Manu Viana carrilero zurdo. Mientras tanto, los asturianos se limitaron a defender, y, pese a su juventud, supieron sostener los arreones del rival y la magnitud del escenario, mientras buscaban la contra que matase el duelo. Por ello, Yago decidió dar entrada a Pana y Ribeiro, jugar con dos puntas, y aumentar las opciones de remate, que estaba siendo el debe del Zamora.

El Zamora las tuvo. En un pase de la muerte de Charly que no pudo rematar Juanan casi en área pequeña, y sobre todo, en una triple ocasión a la salida de un córner que finalizó con hasta tres remates a bocajarro que fueron repelidos por la zaga primero, y por el portero después. El balón parado tampoco fue un filón para reducir distancias, y el paso de los minutos era una losa en las piernas de unos y oxígeno en las de otros. Los oviedistas aguantaron, durmieron el partido, y consiguieron desesperar a un Zamora que murió en la orilla, pero que se dejó tres puntos de importancia en el Ruta de la Plata.

Los rojiblancos finalizan la jornada quintos, con un solo punto de colchón frente al Real Valladolid Promesas. Ahora, en seis días, los de Yago viajan hasta Guijuelo para medirse a un conjunto chacinero que parece haberse repuesto del bajón de principio de año y que llega al choque por delante de los rojiblancos.

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