Los rojiblancos cayeron 0-1 frente a un Racing de Ferrol que tiró de oficio y efectividad para asaltar el Ruta

Zamora.- Raúl Nieto

Los números empiezan a ser preocupantes. Tres partidos en el Ruta de la Plata y tres derrotas, las tres frente rivales que se presuponían parejos al principio de temporada. Y es que, a pesar de que el equipo genera, sigue teniendo unas dificultades extremas a la hora de acertar a introducir el balón en la portería contraria, a la par que el rival necesita apenas dos ocasiones para batir la portería rojiblanca.

Repitió once Movilla a excepción de Baselga que entró por Coscia y el guion volvió a ser el mismo que en jornadas anteriores. El Zamora salió mejor, tuvo oportunidades, pero se estrelló una y otra vez con el mal endémico que viene sufriendo desde la pretemporada: la falta de gol. En el ecuador de la primera parte, una pelota tocada desde atrás llegó al ariete visitante Joselu, que haciendo gala de su experiencia y categoría, definió magistral ante Jon Mikel Magunagoitia y significa, por enésima vez, empezar por detrás en el marcador.

El Racing de Ferrol, con una plantilla confeccionada para pelear por el ascenso, empezó a dormir el partido para desquiciar al Zamora y matar en la contra. Lejos de conseguirlo, permitió que el Zamora tuviese la ocasión más clara del partido, en un mano de Baselga, completamente solo casi en área pequeña, cuyo disparo se fue fuera. Fue el punto de inflexión.

En la segunda entrega salieron Julián Luque y Diego Hernández, y el Zamora ganó mordiente arriba. Durante 10 minutos, consiguió encerrar a los ferrolanos en su área, que sufrieron lo indecible para mantener la puerta a cero. Fue un breve espejismo, puesto que a tras un último coletazo en forma de disparo de Losada, los visitantes recuperaron el orden y el Zamora ya no volvió a tener peligro real en todo el partido.

Movilla dio entrada a Kepa y Baqué con la intención clara de desbordar por bandas y aprovechar la altura que había en el área para intentar empatar, pero se encontró con un portero de categoría que se mostró seguro en todos y en cada uno de los balones colgados que llegaban a su meta.

Con todo esto, y con un final de partido marcado por un arbitraje desquiciante, al Zamora se le escapa otro punto y la preocupación empieza a hacerse evidente en la grada, una preocupación marcada por la cantidad de goles encajados y por las enormes dificultades a la hora de anotar. La próxima jornada se disputará en Barreiro frente al Celta B, con la urgencia, ya sí que sí, de sumar tres puntos y levantar el vuelo.

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