El meta catalán fue el héroe del choque al detener dos penaltis y sacar otra mano prodigiosa en el descuento que evitaron el empate y remontada celeste

Era necesaria una victoria épica, y llegó de la manera más inesperada posible. Ante un filial en play-off, con un golazo de jugada, con puerta a cero y con el portero Pau Torres deteniendo dos penaltis. Puede ser el punto de inflexión entre hacer una temporada larga y sosa a estar vivo y tener toda la emoción del mundo de aquí al final.

Para esta final, Yago Iglesias repitió con Dani Espejo en el lateral izquierdo, desplazó a Garay al centro de la zaga y dio entrada en el lateral derecho a Jordan. El gallego terminaría por demostrar por qué es el fichaje de confianza del nuevo cuerpo técnico en el mercado invernal. Más arriba entró Jorgín en un trivote del que se cayó Dani Hernández por sanción y se la jugó con Baselga en la izquierda, Yanis en la derecha, y el reclamado Adri Herrera en la punta de lanza.

Salió bien el Zamora. Nada que ver con el partido que hizo el equipo rojiblanco hace quince días frente al Dux Internacional. Y aún así, las primeras ocasiones fueron celestes. Primero un remate de Gabri Veiga por encima del larguero y después con un disparo de Holsgrove que salió lamiendo el palo. En el ecuador de la primera parte, Espejo derribó a Alfon dentro del área en lo que fue el primer penalti de la mañana. Fue el propio Holsgrove el encargo de ejecutar, pero se encontró con lo que empezó a ser el héroe del partido. El lanzamiento del escocés se encontró con la mano dura abajo del meto.

Con el primer match-ball salvado, el Zamora se lo empezó a creer. Tuvo dos acercamientos sin remate, hasta que una recuperación de Dani Espejo sirvió para habilitar a Baselga. En el pico de área, el aragonés recortó hacia dentro y anotó un gol de bella factura a la escuadra larga para poner el 1-0 justo antes del descanso.

En la segunda entrega, el Zamora pudo matar. Un despeje de Espejo terminó en un mano a mano de Adri Herrera. El ariete decidió definir por arriba ante la salida en falso del meta, pero el balón salió rozando el palo en lo que pudo ser la sentencia. Una sentencia que también pudo llegar a acto seguido en un córner lanzado por Julián Luque que remató Garay a las manos del meta. Y del posible 2-0, a lo que pudo ser el 1-1.

Porque en el enésimo pase errático de Jorge Fernández, el Celta B hizo pupa. Alfon recortó a Cordero que se vio obligado a zancadillear al atacante celeste. Además, el extremeño fue expulsado por doble amarilla. Fue el propio Alfon el encargado de ejecutar el segundo penalti, y, de nuevo, Pau Torres salvó el segundo match-ball. Con el cancerbero en modo héroe, el Celta B aprovechó la superioridad para arrinconar a un Zamora que sufrió, pero que no encajó. De hecho, un remate de Castro en el punto de penalti volvió a encontrarse con la mano prodigiosa de un Pau que certificó los tres puntos.

Sufriendo hasta la extenuación, el Zamora cerró un partido con una victoria épica, de las que deciden permanencias, y con un poco de oxígeno, tanto en puntos como en sensaciones. La siguiente final, en siete días frente al Talavera.

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